Un estudio reveló una importante baja en la cantidad de personas que pueden acceder a un crédito hipotecario.
Según datos presentados la plataforma Toctoc durante los recientes Premios Inmobiliarios organizados por la Cámara Chilena de la Construcción, la proporción de hogares con ingresos suficientes para optar a un crédito hipotecario ha disminuido drásticamente desde el 2020.
En los años previos a la pandemia, aproximadamente un 29 % de los hogares tenía acceso al financiamiento hipotecario. Este porcentaje se redujo a 17 % en 2025, lo que se traduce en una baja de 12 puntos porcentuales en solo cinco años.
Auge del arriendo
De acuerdo con el estudio, en 2020 el ingreso mínimo para postular a un crédito era de $1.120.000, pero hoy se exige una suma cercana a los $1.760.000, e incluso superior a $1.920.000, lo que ha disminuido la cantidad de potenciales compradores.
El efecto ha sido directo sobre la demanda habitacional. Según Daniel Serey, chief research officer de Toctoc, las ventas mensuales de viviendas cayeron en un 35 % y las unidades disponibles para entrega inmediata ya constituyen el 50 % de la oferta de departamentos. En paralelo, la falta de acceso a la compra ha impulsado el mercado del arriendo.
Además, se ha registrado un fenómeno demográfico importante: la edad promedio de quienes cotizan arriendo aumentó de 35,2 años en 2020 a 46,7 en 2025, una diferencia de más de 11 años. Esto refleja que muchas personas que antes compraban, hoy se ven forzadas a arrendar.
Geográficamente, también se observan cambios. Hace cinco años, la demanda de arriendos se concentraba en comunas céntricas como Santiago, Providencia y Ñuñoa. Hoy, comunas como La Florida, Maipú y Las Condes lideran las preferencias, mostrando una expansión hacia zonas periféricas y del sector oriente.
En un análisis a largo plazo, Serey advierte que hacia 2055, si la tendencia actual se mantiene, el 45 % de los habitantes de la Región Metropolitana será arrendatario.
Un dato aún más preocupante es que el 34,4 % de los adultos mayores no habrá sido propietario en su vida laboral, lo que representa un cambio estructural en el acceso a la vivienda.